Los piratas no iban de uniforme. Cada uno se vestían como querían. Sus ropas resistentes y amplias eran muy parecidas a las que usaban en su tiempo el resto de hombres de mar: una chaqueta sobre una camiseta blanca o a cuadros un pantalón largo de tela y zapatos con hebillas o botas. En compensacion a cada uno le gustaba completar su atuendo con accesorios personales: un pañuelo atado alrededor de la cabeza una amplia banda roja que fajaba la cintura un gran cinturón para enfundar las pistolas. A los jefes piratas les encantaba desfilar con los uniformes de las oficiales españoles que habían capturado. Estaban orgullosos de vestirse su chaqueta de botones dorados y de cubrir su cabeza con buen un gorro de fieltro.
MARIO C.